Quizás la más importante aportación de la teoría de la indefensión aprendida reside en haber sido propuesta como un modelo explicativo de la depresión humana (Seligman, 1975; Miller, Rosellini y Seligman, 1977), en tanto que algunos síntomas depresivos pueden ser inducidos mediante el tratamiento con indefensión.
Las cuatro líneas de evidencia usadas para comparar las similaridades entre dichos fenómenos han sido: síntomas, etiología, terapia y prevención. La similitud en los síntomas ha sido la que ha recibido mayor soporte empírico. Seligman (1975) afirma que la experiencia con
incontrolabilidad en el laboratorio es similar a la experiencia con sucesos que típicamente son precipitantes de la depresión. Son muchos los paralelismos que se pueden establecer a nivel de síntomas:
Las cuatro líneas de evidencia usadas para comparar las similaridades entre dichos fenómenos han sido: síntomas, etiología, terapia y prevención. La similitud en los síntomas ha sido la que ha recibido mayor soporte empírico. Seligman (1975) afirma que la experiencia con
incontrolabilidad en el laboratorio es similar a la experiencia con sucesos que típicamente son precipitantes de la depresión. Son muchos los paralelismos que se pueden establecer a nivel de síntomas:
- DISMINUCIÓN DE LA INICIACIÓN DE RESPUESTAS VOLUNTARIAS en depresivos e indefensos. En aquellos, tal disminución se halla bien documentada por los estudios experimentales sobre el retraso psicomotor en la depresión. La disminución en la iniciación de respuestas voluntarias que define la indefensión aprendida esttá omnipresente en la depresión produciendo pasividad, retraso psicomotor, lentitud intelectual, etc, que en la depresión extrema puede llegar a producir estupor. En los depresivos se manifiesta una verdadera "parálisis de la voluntad". La iniciación reducida de respuestas se halla bien documentada por los estudios experimentales sobre retraso psicomotor en sujetos depresivos, así como por impresiones clínicas. En tareas de tiempo de reacción los sujetos depresivos son más lentos que los sujetos normales, los únicos sujetos que resultan tan lentos como los depresivos son los esquizofrénicos crónicos. La lentitud intelectual se pone de manifiesto en que el CI de un deprimido disminuye durante el trastorno y su capacidad para memorizar definiciones de palabras se deteriora.
- DISPOSICIÓN COGNITIVA NEGATIVA; las personas deprimidas se consideran aún más ineficaces de lo que realmente son: la depresión, como la indefensión inducida por acontecimientos incontrolables, resultan en una disposición cognitiva negativa consistente en la creencia de que el éxito y el fracaso son independientes de los propios esfuerzos.
- CURSO TEMPORAL; la indefensión, al igual que la depresión se disipa con el tiempo. El tiempo juega un papel importante en la depresión. La muerte de un ser querido desencadena un estado depresivo que puede durar horas, días, semanas, meses, o incluso años, pero normalmente con el paso del tiempo remite. La indefensión inducida por una sola sesión de descargas incontrolables se disipa fácilmente cuando ha sido inducida por una sola sesión de descargas incontrolables, después de varias sesiones la indefensión se hará más persistente.
- AGRESIÓN DISMINUIDA; las personas y animales indefensos inician menos respuestas agrasivas y competitivas, y su status de dominancia disminuye. Las personas deprimidas carecen prácticamente de hostilidad manifiesta hacia los demás. Este síntoma es tan notable que Freud y sus seguidores hicieron de él la base de la teoría psicoanalítica de la depresión: cuando se pierde el objeto amoroso el depresivo se encoleriza y dirige la cólera hacia sí mismo. Esta hostilidad “introyectada” produce depresión, odio hacia sí mismo, deseos de suicidio, y el síntoma más característico de ausencia de hostilidad hacia el exterior. En el laboratorio se ha demostrado que los sujetos deprimidos son menos competitivos en una situación de laboratorio.
- PÉRDIDA DE APETITO; los animales indefensos comen menos, pierden peso y son deficientes sexual y socialmente. Para una persona deprimida la comida ha perdido su sabor, el interés sexual se desvanece y la depresión grave puede ir acompañada, incluso, de impotencia.
- CAMBIOS FISIOLÓGICOS. En el laboratorio se ha demostrado que las ratas indefensas manifiestan un descenso de los niveles de NE, y los gatos indefensos pueden mostrar hiperactividad colinérgica. La hipótesis más destacada sobre el origen fisiológico de la depresión es la hipótesis de las catecolaminas, según la cual se produce una disminución de la NE en determinados puntos del sistema nervioso de los depresivos. Así pues, sustancias tales como los inhibidores de la MAO (monoaminaoxidasa) y los tricíclicos que tienen la propiedad común de mantener una reserva de NE en el cerebro son las principales drogas antidepresivas. Además, las sustancias que tienen como efecto reducir los niveles de NE producen retraimiento social y conductas de carácter depresivo en monos y a las ratas de laboratorio las vuelve incapaces de aprender a escapar de una descarga eléctrica. Resultados recientes parecen indicar que en la depresión estén también implicados los sistemas colinérgicos: Parece ser que la administración de fisiostigmina (droga que activa el sistema colinérgico) en sujetos normales desencadena a los pocos minutos un estado depresivo con sentimientos de indefensión, deseos de suicidio y odio hacia sí mismo. Cuando a estas personas se les administra atropina (droga que bloquea la actividad colinérgica) los síntomas desaparecen y los sujetos vuelven a su estado normal.
En cuanto a la etiología de ambos fenómenos, la teoría de la indefensión aprendida de la depresión sostiene que el aprendizaje de que los resultados o consecuencias aversivas son incontrolables, produciría los componentes motivacionales, cognitivos y emocionales de la depresión. La teoría sostiene que el afecto depresivo es una consecuencia de la creencia en que las consecuencias son incontrolables, y que toda acción es inútil.
Si consideramos las principales terapias de la depresión, por regla general, todas son coherentes con la teoría de la indefensión aprendida. Desde esta perspectiva toda terapia ha de encaminarse a hacer que el paciente llegue a creer que sus respuestas producen las gratificaciones
que desea. La terapia cognitiva de Beck persigue la modificación disposición cognitiva negativa: la principal tarea del terapeuta es cambiar las expectativas negativas del paciente deprimido por otras más optimistas de forma que el paciente llegue a confiar en que sus respuestas producirán los resultados deseados. Las terapias conductuales de la depresión tienen como meta el reestablecimiento de los reforzadores perdidos mediante respuestas apropiadas; en la terapia de entrenamiento asertivo, el paciente ensaya respuestas activas socialmente eficaces; etc.
Por último, desde el punto de vista de la prevención, hemos visto como la indefensión puede prevenirse mediante un procedimiento de inmunización en el que los sujetos son expuestos previamente a una situación controlable. (Seligman y Maier, 1967; Jones, y cols., 1977; Prindaville y Stein, 1978; Maldonado, Ramirez y Martos, 1992). La indefensión aprendida puede prevenirse si el sujeto domina los acontecimientos antes de ser expuesto a su incontrolabilidad. Las historias de los individuos que son especialmente resistentes a la depresión o que se recuperan de ella quizás se hayan caracterizado por el dominio sobre los acontecimientos; probablemente estas personas hayan tenido a lo largo de su vida una amplia experiencia de control y manipulación de las fuentes de reforzamiento. Las personas especialmente susceptibles a la depresión quizás hayan tenido una vida relativamente desprovista de dominio sobre su ambiente y sus vidas han estado jalonadas de situaciones en las que se vieron impotentes para influir en sus fuentes de alivio y sufrimiento.
que desea. La terapia cognitiva de Beck persigue la modificación disposición cognitiva negativa: la principal tarea del terapeuta es cambiar las expectativas negativas del paciente deprimido por otras más optimistas de forma que el paciente llegue a confiar en que sus respuestas producirán los resultados deseados. Las terapias conductuales de la depresión tienen como meta el reestablecimiento de los reforzadores perdidos mediante respuestas apropiadas; en la terapia de entrenamiento asertivo, el paciente ensaya respuestas activas socialmente eficaces; etc.
Por último, desde el punto de vista de la prevención, hemos visto como la indefensión puede prevenirse mediante un procedimiento de inmunización en el que los sujetos son expuestos previamente a una situación controlable. (Seligman y Maier, 1967; Jones, y cols., 1977; Prindaville y Stein, 1978; Maldonado, Ramirez y Martos, 1992). La indefensión aprendida puede prevenirse si el sujeto domina los acontecimientos antes de ser expuesto a su incontrolabilidad. Las historias de los individuos que son especialmente resistentes a la depresión o que se recuperan de ella quizás se hayan caracterizado por el dominio sobre los acontecimientos; probablemente estas personas hayan tenido a lo largo de su vida una amplia experiencia de control y manipulación de las fuentes de reforzamiento. Las personas especialmente susceptibles a la depresión quizás hayan tenido una vida relativamente desprovista de dominio sobre su ambiente y sus vidas han estado jalonadas de situaciones en las que se vieron impotentes para influir en sus fuentes de alivio y sufrimiento.