La ansiedad y la indefensión.
La ansiedad, el miedo, la angustia, la tensión, el estrés... son apelativos que con pequeños matices vienen a referenciar una situación que se vive o experimenta con sentimientos negativos, de inconfortabilidad, de temor y que provocan conductas o pensamientos desadaptados o desorganizados. Freud fue el creador de este concepto en su publicación de "Angst" (1926) o "Anxiety" en su traducción al inglés. Desde hace décadas que se estudia este fenómeno en el que se interrelacionan de forma compleja multitud de variables. Aunque para los que no conozcan la ansiedad, ésta constituye una respuesta normal y adaptativa del ser humano cuando percibe una amenaza: Huimos de ella, la evitamos o luchamos. Nuestros antepasados la experimentaban a diario, en la caza, en la alerta nocturna mientras dormían, en definitiva, en la supervivencia. Si trasladamos esta respuesta "normal" a la sociedad actual, con una ambiente muy diferente al de nuestros antepasados prehistóricos, es posible que los síntomas que entonces eran adaptativos no lo sean tanto ahora.
¿Cuántas situaciones cotidianas podemos ver como amenazantes? ¿Tendemos a exagerar la trascendencia de algunos acontecimientos, como las reuniones de trabajo, la puntualidad, el trasporte urbano, la crisis económica, un examen de matemáticas, la selectividad, una entrevista con el tutor, etc.? Si es así, entonces no resulta extraño que la ansiedad se convierta en un trastorno.
Cuando una persona siente ansiedad, lo que más destaca de dicha experiencia es esa sensación de intenso malestar (miedo, terror, angustia) y los síntomas fisiológicos que está experimentando. Por este motivo, se le suele dar una mayor importancia a estos síntomas y no se tiene muy en cuenta el pensamiento. Sin embargo, el pensamiento juega un papel central en la aparición de la ansiedad. Aunque la gente no suele tener muy en cuenta su pensamiento y en muchos casos ni siquiera es consciente de lo que pasa por su mente, cuando les preguntamos, vemos que su cabeza está llena de imágenes y pensamientos amenazadores. Así pues, en los trastornos de ansiedad no existe un peligro real, sino una interpretación exagerada o errónea de una situación determinada y del peligro que planeta. Por tanto, la respuesta de ansiedad es inapropiada y, en vez de protegerte de un peligro real, te impide actuar de un modo eficaz.
En muchos casos las personas que padecen un trastorno de ansiedad son vistas por los demás como personas muy ansiosas. Esto es diferente a la reacción más o menos adaptativa que una persona puede tener ante una situación amenazante. En el primer caso, decimos que ese individuo es ansioso, en el segundo que está ansioso.
Cabe distinguir entre ansiedad rasgo y ansiedad estado. La ansiedad rasgo es una característica de personalidad relativamente estable (a lo largo del tiempo y en diferentes situaciones). El rasgo de ansiedad se refiere a la tendencia del individuo a reaccionar de forma ansiosa. Hace referencia a la disposición del individuo para percibir situaciones como peligrosas o amenazantes y a la tendencia a responder ante estas situaciones con ansiedad. Las personas más ansiosas tienen un marcado rasgo de ansiedad, por lo que tienden a percibir un gran número de situaciones como peligrosas o amenazantes, y a responder a estas situaciones amenazantes con estados de ansiedad de gran intensidad. La ansiedad estado hace referencia a un estado emocional transitorio y fluctuante en el tiempo. El nivel de un estado de ansiedad debería ser alto en circunstancias que sean percibidas por el individuo como amenazantes y bajo en situaciones no amenazantes, o en circunstancias en que aún existiendo peligro, éste no es percibido como amenazante.
¿Cuántas situaciones cotidianas podemos ver como amenazantes? ¿Tendemos a exagerar la trascendencia de algunos acontecimientos, como las reuniones de trabajo, la puntualidad, el trasporte urbano, la crisis económica, un examen de matemáticas, la selectividad, una entrevista con el tutor, etc.? Si es así, entonces no resulta extraño que la ansiedad se convierta en un trastorno.
Cuando una persona siente ansiedad, lo que más destaca de dicha experiencia es esa sensación de intenso malestar (miedo, terror, angustia) y los síntomas fisiológicos que está experimentando. Por este motivo, se le suele dar una mayor importancia a estos síntomas y no se tiene muy en cuenta el pensamiento. Sin embargo, el pensamiento juega un papel central en la aparición de la ansiedad. Aunque la gente no suele tener muy en cuenta su pensamiento y en muchos casos ni siquiera es consciente de lo que pasa por su mente, cuando les preguntamos, vemos que su cabeza está llena de imágenes y pensamientos amenazadores. Así pues, en los trastornos de ansiedad no existe un peligro real, sino una interpretación exagerada o errónea de una situación determinada y del peligro que planeta. Por tanto, la respuesta de ansiedad es inapropiada y, en vez de protegerte de un peligro real, te impide actuar de un modo eficaz.
En muchos casos las personas que padecen un trastorno de ansiedad son vistas por los demás como personas muy ansiosas. Esto es diferente a la reacción más o menos adaptativa que una persona puede tener ante una situación amenazante. En el primer caso, decimos que ese individuo es ansioso, en el segundo que está ansioso.
Cabe distinguir entre ansiedad rasgo y ansiedad estado. La ansiedad rasgo es una característica de personalidad relativamente estable (a lo largo del tiempo y en diferentes situaciones). El rasgo de ansiedad se refiere a la tendencia del individuo a reaccionar de forma ansiosa. Hace referencia a la disposición del individuo para percibir situaciones como peligrosas o amenazantes y a la tendencia a responder ante estas situaciones con ansiedad. Las personas más ansiosas tienen un marcado rasgo de ansiedad, por lo que tienden a percibir un gran número de situaciones como peligrosas o amenazantes, y a responder a estas situaciones amenazantes con estados de ansiedad de gran intensidad. La ansiedad estado hace referencia a un estado emocional transitorio y fluctuante en el tiempo. El nivel de un estado de ansiedad debería ser alto en circunstancias que sean percibidas por el individuo como amenazantes y bajo en situaciones no amenazantes, o en circunstancias en que aún existiendo peligro, éste no es percibido como amenazante.
Ambos conceptos están relacionados. Una persona con un nivel elevado de ansiedad rasgo presenta, por regla general, una ansiedad estado también elevada. Sin embargo, una persona con un nivel de ansiedad rasgo bajo puede mostrar de forma puntual reacciones de ansiedad de elevada intensidad ante situaciones que perciba como amenazantes (ansiedad estado). Así, por ejemplo, una persona con un nivel de ansiedad rasgo bajo puede mostrarse ansiosa ante la inminencia de un examen. En cambio, una persona con un nivel elevado de ansiedad rasgo no sólo se sentirá nerviosa en esa situación, también en muchas otras.
Según muchos autores, la ansiedad rasgo es la característica de personalidad que subyace a muchos trastornos de ansiedad. Es decir, muchas personas que padecen un trastorno de ansiedad podrían tener un nivel elevado de ansiedad rasgo. Se trata de una característica de personalidad con una importante carga genética y se considera que podría estar implicada en la mayor vulnerabilidad a padecer trastornos de ansiedad y de depresión que tienen estas personas. Para algunos autores, la manifestación más pura de un nivel elevado de ansiedad rasgo es el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG).
Los trastornos de ansiedad también tienen en común otro rasgo de personalidad: la evitación del daño(harm avoidance). Algunos autores relacionan este rasgo con una característica temperamental: la inhibición conductual. Las personas con un nivel alto de inhibición conductual o evitación del daño suelen evitar y mostrarse inhibidos ante estímulos novedosos o no familiares, suelen reaccionar con retraimiento (no se acercan al estímulo desconocido, se alejan de él). Se trata de personas cautelosas, tensas, fácilmente fatigables, tímidas, aprensivas y pesimistas. Así, por ejemplo, un niño con elevados niveles de inhibición conductual se muestra temeroso ante desconocidos y suele evitar las situaciones sociales en las que debe entablar relación con personas que no conoce (o en las que no está presente un cuidador o persona familiar). Es precisamente esta inhibición conductual de las personas con ansiedad rasgo lo que nos ha servido como eje de nuestro experimento, pues supusimos que estas características propias de las personas con ansiedad rasgo también se harían presentes a la hora de realizar nuestro test y corroborar nuestra hipótesis de la Indefensión Aprendida.
Según muchos autores, la ansiedad rasgo es la característica de personalidad que subyace a muchos trastornos de ansiedad. Es decir, muchas personas que padecen un trastorno de ansiedad podrían tener un nivel elevado de ansiedad rasgo. Se trata de una característica de personalidad con una importante carga genética y se considera que podría estar implicada en la mayor vulnerabilidad a padecer trastornos de ansiedad y de depresión que tienen estas personas. Para algunos autores, la manifestación más pura de un nivel elevado de ansiedad rasgo es el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG).
Los trastornos de ansiedad también tienen en común otro rasgo de personalidad: la evitación del daño(harm avoidance). Algunos autores relacionan este rasgo con una característica temperamental: la inhibición conductual. Las personas con un nivel alto de inhibición conductual o evitación del daño suelen evitar y mostrarse inhibidos ante estímulos novedosos o no familiares, suelen reaccionar con retraimiento (no se acercan al estímulo desconocido, se alejan de él). Se trata de personas cautelosas, tensas, fácilmente fatigables, tímidas, aprensivas y pesimistas. Así, por ejemplo, un niño con elevados niveles de inhibición conductual se muestra temeroso ante desconocidos y suele evitar las situaciones sociales en las que debe entablar relación con personas que no conoce (o en las que no está presente un cuidador o persona familiar). Es precisamente esta inhibición conductual de las personas con ansiedad rasgo lo que nos ha servido como eje de nuestro experimento, pues supusimos que estas características propias de las personas con ansiedad rasgo también se harían presentes a la hora de realizar nuestro test y corroborar nuestra hipótesis de la Indefensión Aprendida.